La ansiedad, el miedo, el estrés y la depresión son trastornos que cada día afectan a millones de personas en todo el mundo.
¿Qué es la ansiedad desde mi perspectiva? Una valiosa herramienta que tiene el cerebro humano para ponernos a salvo en situaciones límite, pero que se convierte en una pesadilla cuando el cerebro sigue dando las mismas respuestas sin motivo. Tratar los miedos, sobre todo los de los niños, me chifla, porque es algo tan sencillo y tan gratificante... También trato casos de depresión, obsesiones e inseguridad. Me encantan los retos y resolver problemas que parecían crónicos.
Como te decía, considero la ansiedad como una extraordinaria herramienta que tiene el ser humano (y, por cierto, también los animales), que se activa en el momento en que nuestro cerebro considera que existe un peligro real para mantener la vida. Los síntomas de la ansiedad hacen que haya una respuesta automática de todo nuestro sistema nervioso con la finalidad de ponernos a salvo. Así como el animal huye del peligro o se enfrenta a él en cuanto lo detecta, los seres humanos respondemos de la misma manera, seguimos teniendo respuestas bastante primarias... Nuestro sistema límbico creo que tiene algo que ver con esto... sudoración, taquicardia, palpitaciones, un nudo en el estómago, falta de aire, la cabeza que se embota... buff, hay mas de cuarenta síntomas relacionados con la ansiedad.
Pero, ¿qué ocurre cuando nuestro cerebro codifica algo neutro como un peligro real? Lo que ocurre es que el cerebro envía los mismos síntomas de ansiedad, esto es, de huída o de evitación, como si el peligro fuera evidente. También puede ocurrir que ante una situación de peligro real, nuestro cerebro envíe ansiedad, pero siga enviándola también una vez acabado el peligro. Esto ocurre muchas veces en el denominado Trastorno por estrés postraumático.
Nuestro cerebro tiene una característica muy importante. Cuando algo para él tiene una especial importancia, es decir, cuando se produce una respuesta emocional, sea buena o mala, el cerebro tiende a repetir esa misma respuesta ante el mismo estímulo. Algo parecido conocemos como "anclaje". Un anclaje es una respuesta automática asociada a un estímulo neutro, que se dispara ante la sola presencia del estímulo (si Paulov levantara la cabeza se asombraría de lo mucho que sabemos). Por ejemplo, las canciones o los olores son anclajes muy poderosos: olemos un perfume u oímos una canción y despiertan en nosotros recuerdos y emociones olvidadas desde hace muchos años, aquella primera novia, nuestro primer día de colegio, las famosas magdalenas de Proust... Ummm, que recuerdos...
La ansiedad funciona a través de anclajes negativos. Nos quedamos "enganchados" en respuestas automáticas asociadas al estímulo supuesta o realmente ansiógeno. Pero es que el cerebro tiene otra característica todavía más importante, para bien y para mal. Si no nos quitamos algo de la cabeza, el cerebro comienza a generalizar el estímulo a estímulos parecidos, en el significado, en la forma, en el simbolismo, en lo que sea. Cada vez hay más estímulos que provocan la misma reacción de ansiedad. Es la sensación que tiene la persona atrapada por un proceso de ansiedad, que cada vez hay más cosas, situaciones, contextos, que provocan respuestas de ansiedad. A veces la ansiedad se va a cumulando hasta que estalla en lo que llamamos crisis de ansiedad o de angustia.
Así como la ansiedad tiene relación con miedos de futuro (¿"y si me pasa tal cosa?"), la depresión está relacionada con culpas del pasado.
Gabinete de Psicología.
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