sábado, 29 de agosto de 2009

El negocio de la psiquiatría y los psicotrópicos


Jaime Maussan, desde Méjico, diciendo cosas que no se pueden decir en otros países.

En estos tiempos en que nos quejamos de una sociedad en decadencia, de una sociedad enferma llena de crímenes, injusticias, suicidios, drogas, abuso y corrupción, existen miles de teorías sobre las posibles causas de estos males sociales, y son tan variadas como maléficas. Sin embargo las peores causas, y sin duda las más peligrosas son las que no conocemos o son lo suficientemente enmascaradas para controlar a una sociedad engañada.

Éste es el caso de la psiquiatría, y la industria farmacéutica asociada. Extorsión en nombre de la salud mental, un fraude gigantesco a base de mentiras y engaños cuyo costo real no se traduce sólo en los millones de dólares gastados, si no en vidas humanas.



Las drogas psicoactivas.

Para millones de personas, las drogas son uno de los problemas más graves que afectan a nuestra sociedad, sin embargo hemos pasado por alto que las drogas ilícitas representan solo un porcentaje pequeño de la cantidad total que se consumen. En la actualidad las drogas psiquiátricas no solo se usan en nuestras escuelas, hospitales, centros de rehabilitación y prisiones, si no que son utilizadas por las personas para manejar cualquier clase de males: para perder peso, para mejorar la confianza, para el insomnio, para los problemas con las matemáticas, de escritura o la concentración, hasta para la ansiedad. Y aunque son legales y a menudo reciben el nombre de medicamentos, sus efectos son más peligrosos de lo que se cree.

Las drogas psiquiátricas alteran el estado de ánimo, y no solo son capaces de alterar las formas en que una persona actúa, siente y piensa, sino además pueden alterar lo que ve. El problema con las drogas psiquiátricas es que únicamente inhiben los síntomas, mismos que se presentan de nuevo después de pasado el efecto. Al igual que las drogas ilícitas sólo proporcionan a la persona un escape temporal de sus problemas. Igualmente tienen numerosos efectos secundarios, como espasmos, gesticulaciones, inquietud severa, delirios y reacciones maniacas, ataques de apoplejía, disfunciones sexuales, confusión, mala concentración, problemas de memoria, sentimientos de pánico, alucinaciones, pesadillas, pensamientos suicidas y hostilidad. Como si todo esto fuera poco este tipo de drogas son adictivas y los síndromes de abstinencia pueden llegar a ser mucho más graves que los de una droga ilícita.

En junio del 2001, en un artículo del Washington Post se expresó que mientras que por tradición se manufacturan nuevas drogas para los trastornos existentes, en el caso de la psiquiatría el negocio es encontrar nuevos trastornos para las drogas que ya existen.

De esta forma volvemos al tema del fraude, y como lo expresa la CCDH, si de fraudes se trata, tal vez el mayor logro de la psiquiatría sea el Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales (DSM) publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), y el Catálogo Internacional de Enfermedades, Sección de trastornos mentales (ICD).




Las ventas de estos productos representan para la APA un ingreso directo de unos 80 millones de dólares por publicación, pero ésta suma es solo un porcentaje de lo que se deriva de los manuales. El DSM y el ICD se anuncia como herramienta de diagnóstico, no solo para el tratamiento de individuos, si no que ahora para pelear la custodia de los hijos, en casos de discriminación basados en supuestas incapacidades psiquiátricas, en testimonios en los tribunales, en la educación y más. Y con cada publicación aparecen nuevos y fresquitos trastornos al gusto, con bases ni lejanamente científicas, de hecho en las últimas publicaciones cada trastorno se agregó al DSM mediante una votación de psiquiatras, donde la pregunta básicamente era: Si usted cree que esto es un trastorno, levante la mano. Y los diagnósticos son tan ridículos como inútiles, ¿Qué me dice del trastorno de articulación del habla? ¿O del trastorno de ortografía?, ¿O del de expresión escrita, intoxicación o retiro de cafeína, o el trastorno de rivalidad entre hermanos? ¿O el novedoso problema de fase de vida? Según la psiquiatría cualquier fase sentimental, humana y normal hasta ahora, es una enfermedad, incluso si usted no cree que está enfermo sufre de negación.

El Dr. Sydney Walker III, neurólogo, psiquiatra y autor de Una Dosis de Cordura dice que el DSM ha conducido a la administración innecesaria de drogas a millones de pacientes, que se habrían podido diagnosticar, tratar y curar sin el uso de medicamentos tóxicos y potencialmente letales. Mientras a miles de niños de todo el mundo se les receta ritalín o ritalina, y a los adultos antidepresivos.

Recordemos el documental de Michael Moore, Bowling for Columbine, donde dos muchachos mataron a doce estudiantes y un maestro de su colegio. La revista Insight del Washington Times expresó en un artículo llamado Armas y dosis, en junio de 1999, Aunque alarmados por los extraños ataques en las escuelas, pocos norteamericanos han notado cuántos de éstos asesinos están entre los 6 millones de niños que toman drogas psicotrópicas En este horrible suceso Harris, uno de los asesinos, tomaba Luvox, un antidepresivo con efectos secundarios que incluyen manías, irritabilidad, agresión y hostilidad.

Pero éste no es el único caso, TJ Soloman, de 15 años del Colegio Heritage, en Georgia, era tratado con Ritalín, el 20 de Mayo de 1999 abrió fuego contra sus compañeros de clase, hiriendo a seis. El 22 de mayo de 1998, Kip Kinkel de 14 años, disparó contra sus padres matándolos y luego disparó el arma en su Colegio en Sprigfield, Oregon. Donde dejó dos muertos y 22 heridos; se informó que tomaba Prozac y Ritalín y había asistido a unas clases para controlar el enojo. Por desgracia son tantos, los casos de niños matando y suicidándose que podría escribir un libro. Y a pesar de que lo nieguen, los psiquiatras conocen bien la conexión entre las drogas psiquiátricas y la violencia y el suicidio.

Para esta ciencia, el ser humano es un simple animal que responde a impulsos, colocando a la persona en una posición irresponsable ante sus propios actos, sin moral u espiritualidad, por lo tanto para ser controlada necesita de tratamientos que lo y lo alejan cada vez más de la posibilidad de encontrar bienestar para sí misma y para quienes lo rodean.

No niego que existan enfermedades mentales, y que en diferentes etapas de nuestra vida podemos estar mentalmente inestables, pero claramente las soluciones son irracionales y violentas, no hay curación de enfermos, hay sanos que son enfermados.



"Nuestras vidas son el resultado de nuestras decisiones"
"Our lives are a sum total of the choices we have made."
Dr. Wayne W. Dyer